un ammonite es un ojo negro
que pestañea sólo una vez
luego de millones
revelando las sagradas secuencias
del no hombre
una manada de areniscas que vuelan desesperadas a su origen
la convergencia secreta del nitrógeno y el barro
adosándose al arca
alimentándose del arca
esperando con paciencia de piedra
el momento exacto para aparecer de improviso
como si no fuera nada
la tremenda cantidad de presión y horas bajo tierra
una secuencia de electrobits binarios
despiertan nuevamente a estas alimañas terribles
las cuales un día
fueron barridas de improviso allá por el cretácico
ciertamente el arca ha ido sembrando estos fósiles holográficos
para no perder el mar y para no caer en puertos seguros
una forma práctica para no detenerse en este bastardo holoceno
reino de la bestia humana que se subió al arca
reventando la serenidad aparente de este trozo de tierra
oh electrofósil
oh sideral ammonite
frecuencias adheridas a los ríos de lava
por donde inició su tránsito esta arca
y que ahora reaparece recargada, diez punto cero.
Un ojo negro, un muro negro, una constelación negra, las nueve, un agujero blanco, un espacio negro, el postre negro, la noche como un espacio sideral, la herida negra, la sangre a través de la luna, el fin del abrazo como el comienzo del arca, el fin de la carne negra. El comienzo de todo bajo y sobre el agua.
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